lunes, 28 de septiembre de 2009

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA SEGURIDAD INDUSTRIAL




Desde el inicio de los tiempos el hombre ha tenido la necesidad de proveerse de alimentos para su subsistencia, surgiendo de esta manera el trabajo y en consecuencia la existencia de accidentes y enfermedades producto de la actividad laboral. Ante dicho panorama, el hombre ha hecho de su instinto de conservación una plataforma de defensa ante la lesión corporal; tal esfuerzo probablemente fue en un principio de carácter personal, instintivo y defensivo, naciendo así la seguridad industrial y la preocupación por el bienestar y la calidad de vida de quien realiza el trabajo.

Los inicios de la preocupación por el bienestar de los trabajadores en el medio laboral, los encontramos en el año 400 A.C. cuando Hipocrates, conocido como le padre de la medicina, realizo las primeras observaciones sobre enfermedades laborales. Otros investigadores en los siglos posteriores efectuaron valiosos estudios relacionados con las condiciones de trabajo, las características de los medios ambientes de trabajo y las enfermedades que aquejaban a los trabajadores y sus familias

Aproximadamente 500 años mas tarde Plinio medico romano. Hizo referencia a los peligros inherentes en el manejo del zinc y del azufre y propuso lo que pueden haber sido el primer equipo de protección respiratoria, fabricado con vejigas de animales, que se colocaban sobre la boca y nariz para impedir la inhalación de polvos.

Ulrich Ellembog (1473) escribió su libro sobre las enfermedades relacionadas con el ambiente de trabajo y como prevenirlos, he hizo renacer el interés de esta área. Por su parte, el doctor Paracelso, en el siglo XV observó durante cinco años a los trabajadores de una planta de fundición publicando sus observaciones, este libro reforzó el interés en el estudio sobre la toxicidad del mercurio y otros metales.

Pero sólo hasta el siglo XVII se produjo un avance importante en la salud y seguridad del trabajador con los estudios realizados por Bernardino Ramazzini , quien inició la practica de lo que actualmente se conoce como medicina del trabajo.

Con el inicio de la revolución industrial en Europa, los procesos y ambientes de trabajo se transformaron radicalmente, con el uso de maquinas con el objetivo de aumentar la velocidad incrementando la productividad y las ganancias. Estos cambios repercutieron en la salud y bienestar de los trabajadores, en la mayoría de los casos de manera negativa; los accidentes de trabajo incrementaron su incidencia y aparecieron enfermedades profesionales hasta entonces desconocidas creadas por los nuevos agentes agresores utilizados durante los procesos de trabajos, “en 1871 el 50% de los trabajadores moría antes de los veinte años, debido a los accidentes y las pésimas condiciones de trabajo”.

A partir de esos años y a causa de las causas múltiples propuestas y revueltas de los obreros contra semejantes condiciones de trabajo, se fue formando una conciencia internacional referente a la conveniencia de cuidar la salud de los trabajadores por dos motivos fundamentales, el primero consiste en el derecho de todo ser humano tiene de trabajar y vivir en el mejor nivel posible; y en segundo lugar por factores económicos ya que es aceptable que la productividad esta estrechamente ligada a la salud de los trabajadores.

En 1833 se realizaron las primeras inspecciones gubernamentales; pero hasta 1850 se verificaron ciertas mejoras como resultado de las recomendaciones hechas entonces. La legislación acortó la jornada, estableció un mínimo de edad para los niños trabajadores e hizo algunas mejoras en las condiciones de seguridad. No obstante, los legisladores tardaron demasiado en legislar sobre el bien común del trabajador, pues los conceptos sobre el valor humano y la capitalización del esfuerzo laboral no tenían sentido frente al lucro indiscriminado de los empresarios. Sin embargo, suma a su haber el desconocimiento de las pérdidas económicas que esto les suponía; y por otro lado el desconocimiento de ciertas técnicas y adelantos que estaban en desarrollo, con las cuales se habrían evitado muchos accidentes y enfermedades laborales. En 1833 se da un gran adelanto en seguridad industrial moderna cuando en París se establece una empresa que asesora a los industriales. Pero es hasta el siglo XX que el tema de la seguridad en el trabajo alcanza su máxima expresión al crearse la Asociación Internacional de Protección de los Trabajadores. En la actualidad la OIT, Oficina Internacional del Trabajo, constituye el organismo rector y guardián de los principios e inquietudes referentes a la seguridad del trabajador en todos los aspectos y niveles.

Desde su creación, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha llevado a cabo esfuerzos para la prevención y erradicación del trabajo infantil. A lo largo de su existencia, la OIT ha guiado su acción a partir de la estipulación de una edad mínima de admisión al empleo o al trabajo como criterio garante del derecho fundamental de los niños y niñas a la educación. El Programa para América Latina, que se inició en 1996, ha contribuido a enfrentar el problema en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Para su expansión el Programa ha contado con el apoyo económico de diversos donantes, entre ellos, España, los Estados Unidos de América, Holanda, Canadá, Italia y Noruega.
Desde 1996, la OIT crea el Programa IPEC que inicia acciones en Colombia. La implementación de este programa ha tenido como propósito fundamental brindar asistencia técnica y cooperación a las organizaciones de gobierno, de trabajadores, de empleadores, ONG y representantes de la sociedad civil, integradas alrededor del Comité Interinstitucional de Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Joven Trabajador, para enfrentar la problemática e impulsar una sólida y unificada política nacional en el tema.

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